La noticia, con las elecciones tan próximas, podría suponer un mazazo para el P.O. (no se descarta incluso su desaparición o su vuelta al antiguo negocio Quiosco-pescadería que era antes).
Manuel Machuca fue hoy preguntado por este asunto en rueda de prensa. Declaró, muy alterado, con los ojos en blanco y echando espumarajos por la boca:
-¡No lo entienden...! ¡No lo entienden...! ¡Necesito esas pastillas para que no se produzcan más absurdos viajes en el tiempo!: creánme, la vida es mejor, más comprensible cronológicamente para todos si yo me tomo esas pastillas.
Luego ha escupido al suelo tres veces y blasfemado con el puño amenazante levantado hacia el cielo, que era como los antiguos cántabros, allá por el III milenio antes de Cristo, mostraban su indignación a los directores de periódico de ElMundo.
Lo que este licenciado en Historia del Arte que hace unas prácticas no remuneradas de periodismo no acaba de entender, lo que ha llevado al estupor al único asistente a la rueda de prensa, es que Machuca, una vez terminó su declaración y su blasfemia, salió por la puerta de mi izquierda, para entrar justo después por la de mi derecha diciendo: "Buenos días, puede preguntarme sobre lo que quiera", que fueran las palabras que había dicho al entrar. Mi pregunta entonces fue distinta:
-¿Se ha tomado usted hoy esas pastillas de las que habla el diario El Mundo?
-No, hoy no las he tomado... ¿Cómo lo sabe usted? ¡No lo entienden... ¡No lo entienden...! ¡Necesito esas pastillas para que no se produzcan...!
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nota del Diario Cántabro: después de entregar esta crónica, nuestro becario fue expedientado y disminuido su sueldo. Ahora tiene que pagarnos él a nosotros por emplearle, y vuelve a archivar, hacer fotocopias y traernos café. No hará ningún artículo más: hemos descubierto que le salían demasiado incoherentes porque al parecer está siguiendo un tratamiento psiquiátrico...
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nota: imagen, esquema de un agujero de gusano.
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