miércoles, 19 de noviembre de 2008

"PIEL DE CORDELO" (editorial de ABC, 18/11/2008)

La irrupción del Partido Onanista en la política española supone desde hace casi dos años una nueva forma de acercar los problemas al prisma del ciudadano; (…) según las encuestas y resultados, Manuel Machuca – el anticarismático líder amén de reponedor del Partido de la Zambomba- ha sabido conectar con aquel segmento de la juventud española que aún no puede decirse que ha llegado a edad madura, y que permanece célibe o en todo caso soltero porque no ha conocido el amor (que "no pilla”, por usar su jerga) y que abomina de los dos grandes partidos tradicionales.

(…) Fácil es que el votante joven, meditabundo y sereno, que el ciudadano responsable al que no gustan los colores y las banderas se sienta atraído por Manuel Machuca y sus estrambóticas ideas. Fácil también sería que dicho votante piense en Machuca - el más famoso “célibe involuntario” de España y parte de Portugal – como en sacrificado sacerdote de la política española, que se entrega a ella con más pasión que los demás políticos, ofrendándole incluso sus sufrimientos y carencias.

Pero esta forma de ver al Partido Onanista – el único partido español que se define como declaradamente pesimista – puede llevar a confundirlo con aquellos partidos que defienden la religión y la moral cristiana, y confundir a sus votantes.

(…)No debe confundirse el “quiero y no puedo” en que vive Machuca con el “quiero y no debo (¡bah, pero lo hago igual!)” de los sacerdotes españoles ( y por tanto de los partidos que los defienden). La diferencia moral es abismal. Manuel Machuca propugna un modelo de vida que acabaría con la familia en media generación y con la vida en la Tierra en generación y media. Machuca se muestra favorable a muchos asuntos moralmente reprobables: la pornografía, la eutanasia, el arroz con leche con caramelo requemado (…) (...) (...), los zuecos de madera, (...)el hilo dental, las enredaderas (…)(...), los Regalos del día de Reyes, las carcajadas(…)(...)(...), el cine, (...)(...)la Ciencia y la literatura.

El votante de un partido que defienda los valores familiares ha de saber distinguir entre un partido “bueno” y un partido “malo”. Pero por si acaso no sabe aquí estamos nosotros en este periódico para decirle que NO VOTE JAMÁS DE LOS JAMASES AL PARTIDO ONANISTA.

nota: Según un cálculo estimado por científicos de la Universidad de Navarra para la Conferencia Episcopal, por cada voto al Partido Onanista, Jesucristo recibe en el Cielo una patada en los huevos. No se le olvide ese dato objetivo a nuestros lectores a la hora de decidir su simpatía política. - ABC

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