domingo, 18 de octubre de 2009

Machuca: “El coño no existe”.

Manuel Machuca dio el pasado viernes una conferencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, dentro de los cursos de otoño que ofrece la famosa institución. Machuca que es, como se sabe, además de presidente de nuestro partido, botijero tradicional y astrofísico aficionado, dio un discurso de tinte cientificista pero muy impregnado de sus pesimismo onanista.

Tras una introducción a la compleja ciencia de la astrofísica, que Machuca optó por representar con marionetas para alcanzar a más alto espectro de público, este peculiar hombre procedió a exponer sus ideas intrínsecamente suyas propiamente dichas:

“Ahí tienen, estimado público, ahí tienen, en sus mesas, al lado del programa de la Universidad de Otoño, un bolígrafo de regalo. Cójanlo y examínenlo. Es un complicado mecanismo de mi invención. Mide la entropía del universo, con un sistema parecido al que utiliza el manto del souvenir de la Virgen de Fátima para decirnos si va llover o hace frío. El bolígrafo está violeta, ¿verdad? No, no es que vaya a helar mañana (que quizá), es que el caos del universo es mucho mayor de lo que creíamos. Ese corrimiento al morado significa simplemente que la constante “coño”, que supusieron casi todos los científicos desde Aristóteles hasta Hawking para que sus sistemas cosmológicos funcionaran, no existe. No puede darse... al menos no en este universo frío e inhóspito.(suspiro)"

La respuesta de la sala al escandaloso discurso de Machuca fue unánime y contundente. Una viva exclamación de sorpresa pronunciada a un tiempo por decenas de voces llenó la sala:

Coño!

Y es que, aunque la anhelada conformación orgánica femínea sea una entelequia para algunos sabios tristes y misóginos, como expresión castiza de sobresalto –más española que la tortilla de patata - nadie se atrevería a ponerla en duda.

Nota: La U.I.M.P. declaró quinientas veces, a través de su servicio de fotocopiadoras, que ellos no habían organizado esa conferencia y no tenían nada que ver con el asunto.

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la "Galaxy song" de los Monty Python, que lo explica muy bien todo: